Utilizadas desde hace siglos como un recurso paisajístico ornamental y elegante, las escalinatas en los jardines con desniveles cumplen una función predominantemente funcional, ayudando a que las personas tenganun acceso fácil y sin esfuerzo a los lugares elevados o deprimidos de un terreno.
La correcta elección de un estilo, sumada a una buena distribución y extensión de estos elementos estructurales también pueden ayudar a crear una sensación de mayor amplitud visual.
Cuando se planifica la construcción de una escalinata en un jardín con desniveles es importante tener en cuenta que, para que los peldaños armonicen con el resto de las composiciones del espacio verde deben corresponderse con el estilo arquitectónico y paisajístico del sitio.
En terrenos con pendientes muy pronunciadas, es recomendable la instalación de estructuras de pocos escalones que sirvan de comunicación entre las superficies aterrazadas y cubiertas de césped. Estas escaleras deberían ubicarse en la parte central del paño verde o de la terraza para facilitar el tránsito de un ámbito a otro.
En los jardines de estilo apaisado e informales se puede instalar una escalinata con un aspecto más natural, con escalones hechos de una mayor variedad de materiales (roca, ladrillo, madera, hormigón, etc.), distribuidos de tal manera que permitan crecer herbáceas silvestres en las juntas.
En el diseño de la escalinata para un jardín con desniveles es importante considerar los siguientes factores:
- La pendiente del terreno y el largo de dicho desnivel, tomado en forma práctica entre, teóricamente, el comienzo de la escalinata y el escalón final. Esta medida permitirá calcular la cantidad de escalones y por ende los materiales necesarios para su construcción.
- Calcular, de acuerdo a la pendiente y a su longitud, la cantidad de tierra que deberá extraerse del lugar de emplazamiento y destinarla, en caso de que sea de buena calidad, para rellenar o emparejar los sitios bajos del jardín.
- Los escalones deben ser de medidas uniformes a lo largo de todo el recorrido, ni demasiado altos ni demasiado bajos. Deben tener la misma altura, el mismo ancho y la misma huella (profundidad). Esto es necesario tanto para permitir un ritmo constante del tránsito de las personas como para prevenir accidentes.
- Los escalones deben estar levemente inclinados hacia abajo; es decir, hacia la dirección baja de la pendiente, para evitar que el agua se acumule entre el escalón y la contrahuella (pared del escalón siguiente).
- Tanto la escalinata como los escalones no deben ser demasiado empinados ni demasiado llanos, pues en el primer caso se corre el riesgo de provocar cansancio o pérdida del equilibrio, mientras que en el segundo aumenta el peligro de tropiezos, sobre todo cuando por el lugar transitan adultos mayores, niños o personas con algún tipo de problema de motricidad.
También pensando en esta clase de transeúntes, es recomendable colocar barandas en algunos de sus lados, que tengan una altura no mayor a los 90 centímetros medidos a partir de la superficie del escalón.
Medidas recomendadas para los escalones
Las huellas de la escalinata no deben medir menos de 30 centímetros ni más de 45 centímetros. La altura de cada uno de los escalones debe ser de entre 10 y 17 centímetros, y esta medida será menor cuando las pendientes sean suaves o deberá aumentar cuando éstas sean más pronunciadas.
Por lo general, el ancho de los escalones recomendado es de 70 centímetros si es para permitir el paso de una sola persona, debiendo duplicarse en el caso de una escalinata para el tránsito de dos personas a la par.
Por último, el borde del escalón es la parte saliente de la huella y debe sobresalir no más de 2,5 centímetros de la pared vertical del escalón o contrahuella.
