Las pérgolas constituyen un agradable refugio para quienes desean disfrutar del aire libre en jardines, terrazas y patios, aprovechando las temperaturas cálidas que se imponen a partir de la llegada de la primavera.
Básicamente, una pérgola es un armazón formado por dos hileras paralelas de postes, columnas o pilares que soportan un techo de vigas y tirantes transversales o un enrejado, sobre el que se entrelazan parras y otro tipo de plantas trepadoras.
Estas estructuras se ubican junto a las viviendas o algo alejadas de ellas, sirviendo como protección de los rayos del sol en jardines, patios, terrazas; sobre senderos, asadores y estacionamientos; o cerca de una piscina. También sirven como recurso arquitectónico de transición entre un sector y otro de un parque o jardín.
La construcción de una pérgola es relativamente sencilla y siempre se debe tener cuidado de que ésta armonice con el estilo general de la casa y del parque, jardín o terraza donde se instale.
Como ya se dijo, su estructura básica está conformada por cuatro o más columnas o postes firmemente enclavados en el suelo, enterrados a una profundidad suficiente para evitar que se muevan, y fijados en su parte superior con tirantes y travesaños que terminan formando un techo horizontal sobre el que se adherirán las plantas.
Para calcular la resistencia de una pérgola, se debe estimar el peso que deberá soportar, incluyendo en el cálculo tanto las plantas como el peso de las partes muertas y el agua de lluvia que la moje. Para más seguridad, debe tenerse la precaución de elegir materiales que posean una resistencia mucho mayor al peso estimado.
Este paso es importante, ya que una estructura débil puede deformarse o quebrarse en algunas de sus partes si el peso que debe sostener resulta excesivo.
En cuanto a las medidas, sobre todo en lo que se refiere al ancho y alto de la pérgola, las mismas dependerán del espacio disponible y las actividades que se planean desarrollar debajo de la cubierta.
Si la estructura se va a montar usando madera como principal material, es conveniente tratarla para protegerla de factores ambientales agresivos como la humedad y los rayos del sol. En el caso de que se decida construir una pérgola con hierro, éste debe ser preservado del óxido mediante la aplicación de pinturas antioxidantes.
Si se entierra la base de los postes de madera directamente en el terreno, será necesario protegerlos de hongos y otros microorganismos presentes en la tierra húmeda. Para ello es recomendable quemar la base hasta formar una capa carbonizada de alrededor de 1 milímetro de espesor y luego pasar sobre el área un pincel embebido en aceite quemado de automóviles.
Para evitar que las columnas de la pérgola se hundan por el peso, se debe verter una mezcla de hormigón en el fondo de cada uno de los hoyos para crear una base firme.
Una vez instalados los pilares de la estructura, llega el turno de colocar el enrejado de la parte superior, que puede estar hecho también con madera o mallas de hierro apoyadas sobre travesaños.
Ese armazón se fija a los postes de la pérgola con tornillos lubricados previamente con aceite para facilitar su colocación y preservación. Es conveniente que estas piezas sean galvanizadas para evitar los efectos de la oxidación.
