Cultivo y características del Guindo

Los guindos, o prunus cerasus, son familiares muy cercanos de los cerezos, de modo que tanto el aspecto como el sabor resultan similares. Sin embargo, el fruto de los guindos es más ácido, y su crecimiento más moderado. Son árboles que pueden crecer muy bien en huertas, y son fácilmente moldeables mediante la poda.

cuidado guindo

El motivo de su conveniencia en huertas se debe a que el guindo genera vástagos mediante las raíces. Así, luego de cultivar el primero, será muy fácil continuar con los otros, los hijos, quienes crecerán con las mismas características que su progenitora.

Características del guindo

También conocido como cerezo ácido o morello, este árbol oriundo del suroeste asiático alcanza unos 10 m. Se distingue por sus múltiples ramificaciones por rama, y por ser más pequeño que el cerezo o prunus avium. Y para continuar con las distinciones con respecto a su primo, el cerezo, diremos que sus hojas son más lustrosas y no tienen vello, además de tener un peciolo más breve.

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Al igual que el cerezo, el guindo florece que es un primor, durante toda la primavera. Las flores blanquecinas del guindo tienen cáliz y corola con cinco elementos y se agrupan en racimos. Dentro de esta especie, la variedad de guindos de flores más notables es el rhexii.

Claramente, su fruto es rojo, de un rojo intenso, profundo, casi negro, y su forma es casi idéntica a la de las cerezas, aunque un experto las distinguiría por ser la guinda más redondeada. La diferencia está en el sabor. Las guindas no son tan dulces como las cerezas.

Cultivo y recolección

El guindo da sus frutos durante el verano. Pocos espectáculos superan al guindo florecido; el guindo fructificado es uno de ellos. Para tenerlo en la huerta, lo importante es protegerlo de heladas tardías, aunque no se amilanará con fríos invernales.

El guindo es una planta que necesita un suelo con buen drenaje. Sus raíces se extienden mucho hacia abajo y necesitan que el agua llegue hasta profundidades de más de un metro. Por eso, para que la siembra en la huerta prospere, es menester, desde el principio, colocarle mulching o similares métodos de contención de humedad.

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La siembra se realiza a fines de otoño. El bebé de guindo debe estar protegido del frío extremo y del viento. También es aconsejable colocar guías para que no se extienda horizontalmente.

El suelo puede ser arcilloso pero debe tener abundante humus, con la posibilidad, reiteramos, de dar a las raíces profundidad de expansión y alcance del riego.

La poda del guindo debe ser regular, cuidando las heridas con alquitrán o cicatrizante para plantas. Entre las plagas más frecuentes se encuentra la septoriosis, que se puede combatir echando caldo bordolés. Las deliciosas guindas son ideales para las mermeladas. La variedad «marrasca» es la que se emplea para los famosos «marrasquinos» de Dalmacia.

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Cristian
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