El castaño (Castanea) es un género es un género de árboles que pertenecen a la familia de las fagáceas y que están presentes en casi todo el planeta. Su madera es muy apreciada para la fabricación de muebles e instrumentos musicales, mientras que las semillas de algunas de sus siete especies también son buscados para elaboración de platos y licores.
Por lo general, los ejemplares de este género se presentan como árboles o arbustos de hoja caduca durante el invierno, con troncos cuya altura puede variar dependiendo de la especie. Por ejemplo: el castaño japonés (Castanea crenata) puede medir hasta 15 metros; el castaño americano (Castanea dentata), de 5 a 10 metros; el castaño común (Castanea sativa), entre 25 y 30 metros.
En todos los casos, las hojas son de márgenes aserrados, con estípulas prominentes, con limbo delgado y nervios secundarios no ramificados que se extienden hasta el margen, con cada nervio terminando en un diente afilado o una arista bien desarrollada.
Habitualmente, las flores del castaño aparecen a principios de verano y se presentan en amentos erectos, estando las masculinas ubicadas en su parte superior con numerosos estambres de color amarillo, mientras que las femeninas se localizan en la zona inferior y son de color verde. Las castañas se encuentran en grupos de 1 a 3 dentro de unas cúpulas cubiertas de espinas, y pueden recogerse a mediados del otoño.
El castaño puede cultivarse en jardines, y se trata de un árbol que se adapta muy bien a distintas condiciones climáticas, aunque las zonas ideales para su crecimiento son aquellas templadas con condiciones de humedad, siendo necesario protegerlo tanto del frío como de las exposiciones intensas al sol durante los primeros años de vida.
Una vez adulto, este árbol no tiene problemas con las bajas temperaturas, aunque es conveniente mantenerlo abrigado contra las heladas tardías cuando el castaño está floreciendo.
Castaño: Suelo y técnicas de multiplicación
En cuanto a los requerimientos de suelo, los miembros del género Castanea prefieren aquellos terrenos con un pH 6, pero pueden crecer sin inconvenientes en sustratos con valores a partir de 4,5. El suelo debe ser profundo, húmedo, bastante enriquecido con materia orgánica y con un buen drenaje, por lo que deben evitarse aquellos que sean compactos o arcillosos.
La reproducción del castaño puede hacerse por semillas plantadas en otoño o primavera en buenas condiciones de humedad y temperatura, demorando cuatro semanas en germinar. También puede recurrirse a la técnica no sexual del acodo, induciendo a un tallo no separado de la planta madre a generar raíces, después de lo cual se puede separar y trasplantar.
