La mimosa (Acacia dealbata) es una especie perteneciente a la familia de las Fabaceae muy utilizada como árbol ornamental en parques, calles, paseos, aunque también se ha generalizado su cultivo en jardinería por el color de sus numerosas flores, lográndose conjuntos de gran atractivo.
Se trata de una planta perenne de desarrollo arbustivo o arbóreo que puede llegar a medir una altura máxima de 10 a 12 metros (en condiciones óptimas), aunque es más usual hallar ejemplares de tan solo 5 metros de alto. Presenta una corteza de color grisáceo o blanco y una textura lisa y es muy ramificado. Sus hojas, de color verde glauco o azulado gris, son opuestas, compuestas, bipinnadas de 8 a 20, cada una de ellas con 25 a 40 pares de folíolos, con el haz glabro y el envés tomentoso.
La inflorescencia de la mimosa se presenta bajo la forma de una masa más o menos globulosa (glomérulo) con más de 25 flores individuales (la variación puede ir de 12 a 42) , muy perfumadas y de color amarillo brillante. La fruta es una vaina aplanada de 4 a 11 centímetros de largo por 5 a 15 milímetros de ancho, de color verde-azulado, que contiene generalmente de cuatro a cinco semillas.
Esta planta es ampliamente cultivada como árbol ornamental en regiones templadas del planeta, requiriendo una buena exposición al sol y estar a buen resguardo del frío, ya que no tiene buena resistencia a temperaturas inferiores a los 0°C y no sobrevive a las heladas prolongadas.
El suelo ideal para una mimosa es neutro a ácido, mientras los especímenes que crecen en medios calizos tienden a desarrollar hojas de color amarillo por lo que las hojas de mi árbol que crecen en condiciones calizos son a menudo de color amarillo. Esto se puede remediar con el agregado de un tónico de hierro, para mantener la tonalidad original en el follaje.
Al igual que otros arbustos blandos, la Acacia dealbata se planta en la primavera, después de que haya pasado todo peligro de heladas, a fin de darle a su madera un período de maduración lo más largo posible antes de que tenga que afrontar su primer invierno. El riego ha de ser moderado, siendo más abundante durante la floración.
Mimosa (Acacia dealbata): Propagación por semillas y esquejes
La mimosa puede propagarse a partir de semillas, pero para asegurar su germinación se recomienda verter agua caliente sobre aquellas y dejarlas en remojo durante un día, hasta que se hayan ablandado lo suficiente, y de este modo quedan en condiciones adecuadas para la siembra.
Los esquejes de esta especie son otra alternativa válida de multiplicación, gracias a que se arraigan con mucha facilidad. En todo caso, conviene escoger tallos provenientes de la variedad subalpina, que es mal resistente a las bajas temperatura que el resto de sus parientes.
