Aparecida en la tierra hace aproximadamente 300 millones de años, la dámara (Agathis dammara) es un árbol conífero de la familia de las Araucariáceas, originario del archipiélago de las Filipinas y de Indonesia, que en la actualidad se utiliza como especie ornamental en distintas zonas donde predominan climas con inviernos suaves.
Este árbol del jurásico es de gran altura (pueden medir entre 40 y 60 metros en los bosques tropicales) y su tronco alcanza un diámetro máximo de 45 centímetros. Está cubierto por una gruesa corteza de color gris rojizo.
La copa de la dámara es cónica, ligeramente con las ramas caídas. Sus hojas son por lo general opuestas, anchas, planas, oblongo-lanceoladas o elípticas, de color verde oscuro con pecíolo achatado de 3 a 8 milímetros; miden de 6 a 12 centímetros de longitud por 1,5 a 2,5 centímetros de ancho. Son de color verde oscuro y persistente, coriáceas, normalmente acabadas en punta, aguda o roma.
Las flores masculinas de esta especie aparecen en inflorescencias axilares, mientras que las femeninas se presentan en conos cortamente pendunculados y de forma oval o subglobosa, que al madurar llegan a medir entre 5,5 y 6,5 centímetros de alto por 6 a 8,5 centímetros de diámetro.
Produce semillas aladas, ovoboides, membranosas, de aproximadamente 1 centímetro de largo.
Dado que la dámara es una especie distintiva, muy buscada y explotada por su valiosa madera, grandes extensiones de este árbol han sido extraídas completamente de su zona de origen, mientras ue la regeneración ha avanzado en un ritmo insuficiente para reemplazar los ejemplares perdidos. En el pasado, esta especie también ha sido explotada destructivamente para la extracción de la resina conocida como copal de Manila, muy utilizada para la elaboración de barnices.
En lo referente a su cultivo fuera de su hábitat natural, cabe decir que se trata de un árbol muy ornamental que se multiplica por semillas y se utiliza para formar alineaciones o pequeños grupos en grandes espacios verdes, parques y plazas.
La dámara puede demorar alrededor de 20 años en alcanzar su altura máxima, aunque eso dependerá mucho de las condiciones de cultivo y medioambientales. Un árbol adulto prefiere una buena exposición a la luz del sol, pero necesita de las condiciones sombrías y protegidas del bosque cuando es pequeño.
No soporta temperaturas bajo cero y necesita suelo profundos, fértiles y bien drenados. El sistema radicular es sensible a la falta de oxígeno y la especie no tolera el anegamiento. Prefiere un pH en el rango 5.5 a 6.5, tolerando 5 a 7.5.
Los ejemplares de esta especie crecen mejor en áreas donde las temperaturas diurnas anuales se ubican dentro del rango de los 28 a 34 ºC, pero pueden tolerar entre los 12 y 38ºC. En cuanto a sus requerimientos de agua, prefiere un régimen de precipitación anual media en el rango de 2.500 a 3.500 milímetros, pero puede tolerar precipitaciones entre 2.000 a 4.000 milímetros por año.
Dámara (Agathis dammara): Propagación por semillas
Las plantas de dámara cultivadas para producir semillas necesitan algo de sombra, y el crecimiento es lento durante el primer año. Más tarde, cuando se libera de la competencia de las malas hierbas, el crecimiento y desarrollo son más rápidos. Los árboles pueden comenzar a producir conos cuando tienen 15 años, aunque las semillas viables para la propagación no se producen antes de los 25 años.
La semilla no tolera la desecación y no se almacena durante mucho más de dos meses en condiciones normales. No requiere tratamiento previo y la siembra se hace con la parte del ala de la semilla apuntando hacia arriba y el 66 por ciento de la simiente enterrada en el suelo. La germinación comienza dentro de los siguientes seis días, con tasas de germinación del 90 al 100 por ciento en diez días.
